Son tiempos de pocos amigos y nulos amores.
De noches tranquilas y otras no tanto.
De muchos remedios, pastillas y droguerías.
De turnos, médicos y de otras cosas que no se.
De pensamientos oscuros y sentimientos nobles.
Son tiempos de amor reprimido y de tristeza sostenida.
De canciones tristes y de alegrías escondidas.
De goles anulados y de gritos atragantados.
De cigarrillos apagados con pena en los dedos.
De mates solitarios que se lavan rápido.
Son tiempos de evitar sufrir.
Quedaron lejos los años de brillantez, de volantes ofensivos, de enganches diferentes, de "9" grandotes con talento.
La esperanza de algo mejor ya no late en los mismos lugares.
Ahora es todo más llano. Nada es tan grave. Nada puede ser tan bueno.
Nadie es tan feliz como publica ser.
Y la procesión de los que ya no decimos tanto ahora va por dentro.
A lo lejos se ve una luz amaneciendo. Porque en algún momento la larga noche volverá a mutar en algo distinto.
Porque así como empezó este año horrendo, un día se va a terminar y surgirá otra mueca, otra media sonrisa.
Una que contagie al resto, que cambie el paisaje y, sobre todo, que me invite a conocer otras ganas de vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario