El final del primer amor

Los tiempos cambian y las relaciones también. Los vínculos de hoy no son los mismos que hace 20 o 30 años. Se puede hablar mucho, pero la procesión va por dentro. 

Cualquier introducción larga sobra. A buen entendedor, pocas palabras.

El final del primer amor te deja en pampa y la vía.
El final del primer amor no es para cualquiera.
Es abrir la heladera para ver si hay algo para comer a fin de mes.
El final del primer amor es perder un campeonato sobre la hora.
Es cerrar los ojos un viernes y abrirlos un lunes.
Es ensuciar el pantalón nuevo y manchar la camisa blanca.
Es aguantarte las ganas de escribir un mensaje.
Es sacar un delantero y, por un tiempo, festejar laterales.
Es volver a casa un feriado, cocinar y comer solo.
Es levantarte temprano sin un cuerpo a tu izquierda.
Es vivir con el visto clavado en el alma.
Es ahuyentar fantasmas todos los días.
El final del primer amor es el frío del invierno sin calefactor ni chimenea.

El final del primer amor es más temido que cualquier cáncer, pero tiene más curas que una gripe.
El final del primer amor es morir. Y nacer de nuevo.
El final del primer amor es necesario.
El final del primer amor es disfrutar lo que gusta y evitar lo que se desprecia.
El final del primer amor es que vos no eras tan malo y ella no era tan buena.
El final del primer amor es llorar, sufrir y dejar ir.
El final del primer amor inicia una vida nueva, donde los recuerdos y el futuro se hacen carne.
El final del primer amor deja de ser dolor y pasa a la caja de memorias cuando uno menos lo imagina.
El final del primer amor es como el viento de agosto. Parece interminable, hasta que un día no molesta más.

El final del primer amor es un desafío. Es una gambeta al destino.
Es lo contrario a lo que enseñan los libros. Porque lo que viene parece peor al principio, pero después abre una grieta donde duermen las esperanzas.
El final del primer amor es un torbellino que pone a prueba la inteligencia.
El final del primer amor es salvarse del descenso, es saltar del barco a tiempo.
El final del primer amor es ganar el repechaje.
El final del primer amor es arroparte con el cariño de tus viejos.
Es la luz al final del túnel. Es talar el árbol que tapaba el bosque.
Es dejar de subirse a cualquier bondi.

El final del primer amor es ubicarse en la palmera.
Es saber que no se puede ganar siempre y eso es algo que no va a cambiar nunca.
Es la tolerancia a la derrota. Es el escape a la victoria.
El final del primer amor es liberador.
El final del primer amor recuerda realmente quien es uno.
Por eso, cuanto antes llegue ese desenlace, mejor para la vida.

El final del primer amor no te mata. Hay finales que, en realidad, te resucitan.